La situación actual en los centros educativos públicos que conozco, que serán unos cincuenta, es bastante dramática. Estan utilizando pc's que muchos superan los 10 años de antigüedad. Muchos de estos equipos, por prestaciones, ya no soportan los nuevos sistemas operativos de Microsoft. Y el que tienen instalado, Windows XP, se le retiró el soporte en Abril de 2014. A principios de 2016 tenía un mercado inferior al 9%. Los fabricantes ya no dan soporte a un sistema antiguo y en desuso. Normal.

Los niños aprenden informática utilizando un sistema completamente obsoleto que no utilizan ni en sus casas donde reinan los dispositivos mobiles. No soy nadie para decidir qué deben aprender los niños, soy un completo ignorante en este tema. Pero algo me dice que utilizar tecnologías obsoletas no es lo más adecuado.

En medio de este panorama, que seguramente se repite en miles de centros educativos, un buen dia aparece un técnico que viene a instalar un servidor de impresión, lo conecta a la red y ahí se queda, en un rincón. En algunos casos más de un año enchufado y en marcha, por supuesto. Y lo que es peor, en el centro educativo no acaban de saber qué es eso ni para qué sirve.

Pasado ese tiempo, consumiendo electricidad inútilmente, aparecen unas impresoras multifunción acompañadas de unos técnicos que vienen a configurar un nuevo sistema de impresión para todos los pcs del colegio. Personalmente creo que es un buen sistema. Un poco pesado de instalar, pero bueno.

De todas formas, son muchos los centros que no utilizan este nuevo sistema de impresión y continuan utilizando el que ya tenían. Si, el que ya tenían! Eso es lo mejor de todo... Han implementado una solución para un problema que no existía!

Hacen falta muchas cosas por mejorar, pero en todos los centros educativos hay impresoras. Con mejores o peores condiciones en los centros educativos ya podían imprimir. Ya sea con impresoras propias o rentings.

Cada una de estas instalaciones, entre dispositivos y mano de obra, tienen un coste de miles de euros. Eso multiplicado por cada centro que ha recibido este nuevo sistema de impresión da como resultado centenares de miles de euros dedicados a solucionar un problema que no existía.